domingo, septiembre 26, 2004

La culpa de todo la tiene la Acadé...

Iba caminando, vidrieras mirando, por la bonita Peatonal cuando de pronto me topé con una trinchera digna del Soldado Ryan. Me asomé a ver si lo veía a Matt Damon para arrojarle un esputo, pero no estaba. En su lugar había un morocho que muy ensimismado en su trabajo cavaba y cavaba como buscando alguna pepita de oro o el tesoro de la abuela. Le pregunté qué pasaba, a qué se debía todo ese incordio en el medio de la gran urbe rosarina, y con un acento bolito-paraguayico me dijo las palabras mágicas: "El Congreso de la Lengua". Claro, como no me di cuenta antes, toda obra de refacción/destrucción/construcción que se está haciendo en estos días por acá es por culpa y gracia del Bendito Congreso de la Lengua. Es que va a venir mucha gente de afuera, que el Licenciado de La Concha, que la Real Academia, que Sara y Mago y otros tantos. Y si hay algo que al rosarino le preocupa es el que diran, ah si si. Arreglemos todo antes de que vengan asi todo se ve de pelicula. Claro, de pelicula, un decorado. Pongamos rampas para discapacitados en todas las esquinas, si si, incluso en la de aquel teatro que tiene terribles escaleras y nunca va a poder ingresar ninguna silla de ruedas. Total, se ve politicamente correcto. Que se yo, no digo que esté mal arreglar todo de golpe y de una vez por todas, pero... estaremos capacitados para poder afrontar la angustia post-parto que va a quedar en esta ciudad una vez que pasen los tres dias que durará el Congreso de la Lengua?... No se, por lo pronto me voy al gimnasio asi bajo la panza para cuando venga esta gente asi me ven re-lindo.
lo dijo el Sr Coso a las 9:02 p. m.
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