miércoles, octubre 13, 2004
La novela de las nueve menos veinte
Una interesante salida laboral para cualquier persona de buenavoluntad que pisa este suelo argentino es ser guionista de telenovelas. Claro, piénselo, no debe ser tan dificil, sobre todo para aquellos que tenemos una cierta cultura televisiva (al fin y al cabo en estos tiempos la receta básica siempre es la misma). Es más, convencido de que es posible que cualquiera lo haga, y más cualquiera que yo no hay nadie, aquí les hago entrega del bosquejo de lo que para mí sería el boom del año 2005 en nuestra querida televisión (A ver si me leen, Polka, Ideas del Sur, o quien quiera producir este golazo).
Cacho es un bombero de barrio, que de noche trabaja como abogado investigando las misteriosas desapariciones de gente que toma leche descremada en el barrio de Once. Vive con su madre Carmela y su hermana René. Su madre está terriblemente acomplejada y reprimida porque nunca pudo ser bailarina debido a que su padre la obligo a trabajar en el negocio de la familia antes que ella pudiera canalizar sus aptitudes para danza. Por eso, ella se dedicó al trafico de esclavos. René siempre tuvo el problema de estar atraída por sus compañeritas, era según lo que decían en el barrio una torta. Apodo que no le causaba mucha gracia debido a que ella labura en una panadería. La familia de Cacho es humilde, pero buena gente, pintoresca y muy querida por sus vecinos.
Georgina es una chica de la alta sociedad. En su familia nadie mide menos de un metro ochenta. Ella estudió para ser modelo, a pesar que es ciega. Su hermano Cristóbal diseñó un sistema de cascabeles para que ella no cayera de las pasarelas mientras desfilara. Es muy inteligente este chico; fue a Harvard, a UCLA, a Yale, y de todas esas Universidades se trajo la remerita. Pretende llegar virgen al matrimonio. Sus padres son Marta y Juan Pablo, estancieros adinerados dueños de una línea de tambos y de muchísimas vacas. El hermano de Juan Pablo, Ceferino, se hizo cura... Cura tercermundista, y lucha contra el Imperio creado por su hermano. A todo esto, obviamente que Georgina tiene un pretendiente, Victorino, poseedor de tanto dinero como ella pero sin ningún escrúpulo. Apenas lo ves, te das cuenta que el tipo es un sorete, no como Cacho.
Un día se incendia un tambo y Cacho va a apagar el fuego. Allí conoce a Georgina, y ambos quedan instantáneamente re-calientes, jua. Una pasión irrefrenable que no tiene límites. Tan fuerte que ahí mismo hacen la porquería, sobre las cenizas del tambo y todo. El amor es más fuerte. Tan fuerte que ya nos damos cuenta que Georgina quedó embarazada. Ahí mismo entre las ruinas, Cacho detecta unos extraños elementos cilíndricos en el tambo, como de otro mundo. Entonces Cacho vuelve a su casa y se saca el traje de bombero y se pone el de abogado y vuelve al tambo a investigar. Simultáneamente, René por casualidades de la vida conoce a Cristóbal, y no se le mueve un pelo. Pero a él sí. Queda perdidamente enamorado de René y tratará contra viento y marea de conquistar su corazón. Carmela se topará frente a frente con Juan Pablo, y se dará cuenta que él es el padre de René, fruto de un encuentro furtivo durante un recital de Sandro. Marta no podrá soportar esto, y se pondrá canosa de golpe. Victorino encarará a Cacho diciendole que Georgina es ciega, cosa que Cacho no sabía, y ambos terminarán en un duelo de pistolas, con tanta mala suerte que la bala que disparará Cacho le pegará en la cabeza a Georgina, pero al final esto le hará recuperar la vista. Ella se dará cuenta que Cacho no estaba todo tiznado por las cenizas de los incendios, sino que era negro así de fábrica (revelación shockeante para la audiencia), y que él realmente no era hijo de Carmela sino que era hijo de unos esclavos que Carmela vendió en su juventud. A su vez, Carmela le confesará a René que realmente no es lesbiana (René, no Carmela), sino que es varón, y que tenía el pitito atado para adentro porque ella quería que fuera bailarina. René se liberó de su terrible carga de pensar que era lesbiana, pero ahora carga con el problema de haberse acostado ya con Cristóbal, lo que lo hace instantáneamente puto. Y para este punto, a nadie le importa ya la historia de Cacho y Georgina y los protagonistas de la novela son René y Cristóbal. ¡Ah! ¡Falta lo mejor! El cura Ceferino arma un piquete en la puerta de la empresa de su hermano, y es atacado por una horda de vacas carnívoras, y desaparece... y se revela finalmente que el tambo no era tal, sino que era una fachada para una próxima invasión extraterrestre, en la que Marta, que viene de Marte, se encargará de exterminar a toda la humanidad acompañada de sus vacas asesinas. Quedará en manos de Cacho y Georgina el hacer que todo el mundo se salve de esta amenaza.
¿Y cómo se llamaría esta tira? Que se yo, algo así como "Un Cacho de manguera", "Un amor de otro mundo" o simplemente "Al término de Los Roldán".
Cacho es un bombero de barrio, que de noche trabaja como abogado investigando las misteriosas desapariciones de gente que toma leche descremada en el barrio de Once. Vive con su madre Carmela y su hermana René. Su madre está terriblemente acomplejada y reprimida porque nunca pudo ser bailarina debido a que su padre la obligo a trabajar en el negocio de la familia antes que ella pudiera canalizar sus aptitudes para danza. Por eso, ella se dedicó al trafico de esclavos. René siempre tuvo el problema de estar atraída por sus compañeritas, era según lo que decían en el barrio una torta. Apodo que no le causaba mucha gracia debido a que ella labura en una panadería. La familia de Cacho es humilde, pero buena gente, pintoresca y muy querida por sus vecinos.
Georgina es una chica de la alta sociedad. En su familia nadie mide menos de un metro ochenta. Ella estudió para ser modelo, a pesar que es ciega. Su hermano Cristóbal diseñó un sistema de cascabeles para que ella no cayera de las pasarelas mientras desfilara. Es muy inteligente este chico; fue a Harvard, a UCLA, a Yale, y de todas esas Universidades se trajo la remerita. Pretende llegar virgen al matrimonio. Sus padres son Marta y Juan Pablo, estancieros adinerados dueños de una línea de tambos y de muchísimas vacas. El hermano de Juan Pablo, Ceferino, se hizo cura... Cura tercermundista, y lucha contra el Imperio creado por su hermano. A todo esto, obviamente que Georgina tiene un pretendiente, Victorino, poseedor de tanto dinero como ella pero sin ningún escrúpulo. Apenas lo ves, te das cuenta que el tipo es un sorete, no como Cacho.
Un día se incendia un tambo y Cacho va a apagar el fuego. Allí conoce a Georgina, y ambos quedan instantáneamente re-calientes, jua. Una pasión irrefrenable que no tiene límites. Tan fuerte que ahí mismo hacen la porquería, sobre las cenizas del tambo y todo. El amor es más fuerte. Tan fuerte que ya nos damos cuenta que Georgina quedó embarazada. Ahí mismo entre las ruinas, Cacho detecta unos extraños elementos cilíndricos en el tambo, como de otro mundo. Entonces Cacho vuelve a su casa y se saca el traje de bombero y se pone el de abogado y vuelve al tambo a investigar. Simultáneamente, René por casualidades de la vida conoce a Cristóbal, y no se le mueve un pelo. Pero a él sí. Queda perdidamente enamorado de René y tratará contra viento y marea de conquistar su corazón. Carmela se topará frente a frente con Juan Pablo, y se dará cuenta que él es el padre de René, fruto de un encuentro furtivo durante un recital de Sandro. Marta no podrá soportar esto, y se pondrá canosa de golpe. Victorino encarará a Cacho diciendole que Georgina es ciega, cosa que Cacho no sabía, y ambos terminarán en un duelo de pistolas, con tanta mala suerte que la bala que disparará Cacho le pegará en la cabeza a Georgina, pero al final esto le hará recuperar la vista. Ella se dará cuenta que Cacho no estaba todo tiznado por las cenizas de los incendios, sino que era negro así de fábrica (revelación shockeante para la audiencia), y que él realmente no era hijo de Carmela sino que era hijo de unos esclavos que Carmela vendió en su juventud. A su vez, Carmela le confesará a René que realmente no es lesbiana (René, no Carmela), sino que es varón, y que tenía el pitito atado para adentro porque ella quería que fuera bailarina. René se liberó de su terrible carga de pensar que era lesbiana, pero ahora carga con el problema de haberse acostado ya con Cristóbal, lo que lo hace instantáneamente puto. Y para este punto, a nadie le importa ya la historia de Cacho y Georgina y los protagonistas de la novela son René y Cristóbal. ¡Ah! ¡Falta lo mejor! El cura Ceferino arma un piquete en la puerta de la empresa de su hermano, y es atacado por una horda de vacas carnívoras, y desaparece... y se revela finalmente que el tambo no era tal, sino que era una fachada para una próxima invasión extraterrestre, en la que Marta, que viene de Marte, se encargará de exterminar a toda la humanidad acompañada de sus vacas asesinas. Quedará en manos de Cacho y Georgina el hacer que todo el mundo se salve de esta amenaza.
¿Y cómo se llamaría esta tira? Que se yo, algo así como "Un Cacho de manguera", "Un amor de otro mundo" o simplemente "Al término de Los Roldán".
lo dijo el Sr Coso a las 1:41 p. m.
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