martes, enero 18, 2005

No voy en tren, porque no tiene casino

Cuentas las noticias que la empresa Airbus presentó hoy el avión civil más grande del mundo, un descomunal aparato de dos pisos capaz de llevar entre 555 y 850 personas y que promete revolucionar los vuelos de larga distancia. El nuevo avión es mucho más silencioso y consume menos combustible. La versión de lujo de la aeronave contiene, en dos niveles diferentes, camarotes individuales con ducha, gimnasio, restaurantes y hasta un casino. La verdad que suena fantástico, pero no se si me gustaría estar duchándome o levantando pesas en el medio de una turbulencia. Este mamotreto podrá volar tramos de hasta 15.000 kilómetros.



Me surge una pregunta: ¿Este avión hace que el destino sea menos importante que el viaje en sí? O sea, pasarla tan bien y cómodo en un avión de hecho puede hacer que uno disfrute muchísimo del viaje, y que cuando uno llegue a hospedarse en el hostel o telo de media estrella que se consiguió para abaratar costos realmente desee volver a estar viajando para poder ir al baño como la gente por ejemplo. ¿Habrá gente que apenas llegue al aeropuerto de destino se ponga en fila para pegar la vuelta y volver a disfrutar del Airbus este, sin ni siquiera salir del aeropuerto?

Estas cosas de la modernidad...
lo dijo el Sr Coso a las 2:49 p. m.
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