jueves, febrero 03, 2005
A veces la vida es como un best seller barato
A veces creo que los libros más berretas son los que realmente reflejan la vida real. Nunca lo cotidiano parece estar plasmado en una historia épica, ni en algún cuento de Cortázar, Poe, Kipling, Faulkner, Hemingway o Sartre. Ni siquiera en algún manuscrito de Stephen King o Tom Clancy. La realidad parece ser algo más barato, más obvio, más chabacano... menos complicado y a veces más alevoso, sin la menor sutileza posible.
Estaba leyendo esta noticia...
En el primer caso, todo comenzó con un “me gustan tus pies” cuando el asistente del profesor llevaba a la alumna en carro a casa. Días después, él había realizado en tres ocasiones sexo oral a la estudiante de 18 años y la había hecho participar en un trío erótico telefónico con su novia. En otro caso, en otro instituto, una alumna acudió a la sala de computadoras donde se encontraba su profesor con la intención de resolver una duda de un examen. La estudiante, también de 18 años, acabó sentada en una caja de cartón en una esquina de la habitación mientras el profesor, de 54 años, le practicaba sexo oral y tocaba su vagina.
Esto suena a un mal y para nada original argumento de película porno, o a un resumen de algún pulp de sexplotation, ¿no?
Bueno, imaginensé como se llamaría en una de esas películas o en uno de esos libros el comisionado encargado de investigaciones especiales en las escuelas públicas... Bien, la realidad no desentona y no defrauda, mis amigos.
Dificil debe ser el laburo del Señor Condon.
Estaba leyendo esta noticia...
En el primer caso, todo comenzó con un “me gustan tus pies” cuando el asistente del profesor llevaba a la alumna en carro a casa. Días después, él había realizado en tres ocasiones sexo oral a la estudiante de 18 años y la había hecho participar en un trío erótico telefónico con su novia. En otro caso, en otro instituto, una alumna acudió a la sala de computadoras donde se encontraba su profesor con la intención de resolver una duda de un examen. La estudiante, también de 18 años, acabó sentada en una caja de cartón en una esquina de la habitación mientras el profesor, de 54 años, le practicaba sexo oral y tocaba su vagina.
Esto suena a un mal y para nada original argumento de película porno, o a un resumen de algún pulp de sexplotation, ¿no?

Bueno, imaginensé como se llamaría en una de esas películas o en uno de esos libros el comisionado encargado de investigaciones especiales en las escuelas públicas... Bien, la realidad no desentona y no defrauda, mis amigos.
Dificil debe ser el laburo del Señor Condon.
lo dijo el Sr Coso a las 2:18 p. m.
|