viernes, abril 08, 2005
Yendo al cine: Vida acuática
En Bottle Rocket nos presentó su humor, en Tres son multitud (Rushmore) nos mostró por primera vez su costado dark y freak, en Los excéntricos Tenembaum nos mostró de lo que era capaz con un elenco numeroso de estrellas de cine. Aquí en Vida acuática, Wes Anderson nos reafirma que es uno de los directores americanos más inteligente de los últimos tiempos.
La película nos narra la historia del oceanógrafo internacionalmente famoso Steve Zissou y su equipo, que salen en una expedición para cazar al misterioso, esquivo, y posiblemente no-existente Tiburón Jaguar, que mató al mejor amigo de Zissou durante la filmación de un documental. Al equipo se une un joven copiloto de aviones que puede ser o no hijo de Zissou, una periodista embarazada que va a escribir una nota sobre Zissou, y la compleja esposa de Zissou, Eleanor. Juntos enfrentan complicaciones que van in crescendo que incluyen piratas, secuestros, y quiebres bancarios.

A esta altura de los acontecimientos, Anderson ya es considerado alguien particular dentro del mundo del cine de hoy. El muchacho dirige de una forma completamente diferente a la mayoría de los cineastas contemporáneos, imponiéndole a sus obras un tono muy especial con una dosis de humor inteligente y quizás no para todo el mundo, creando un poderoso enganche emocional entre el público y los personajes de su obra. Su forma de narrar quizás te deje un gusto amargo, su humor es parco y seco, sus filmes lo son. Se toma largas pausas y a veces arroja referencias oscuras. Aquellos a los que les haya gustado alguna de las obras anteriores de Anderson, disfrutarán esta Vida Acuática; aquellos que no, bueno... busquen otro tipo de vida.
Algo digno de destacar es que Anderson (como todo aquel que se precie de gran director) tiene sus actores fetiches, aquellos que se repiten una y otra vez dentro de los elencos de sus filmes. Y sinceramente, esta película no podría existir sin dos de ellos: Owen Wilson y Bill Murray. Sobre todo Murray, que con el tiempo y luego de enterrar su pasado de Ghostbuster adquirió una capacidad de transmitir sentimientos terriblemente profundos con la mejor de las sutilezas, una capacidad de remixar dolor con comedia que pocos actores contemporáneos han conseguido tener, marcando el tempo de la película con la precisión de un reloj suizo. Y esta precisión esta reforzada por la presencia de una cada vez más estupenda Cate Blanchett (otra de aquellas pocas que pueden hacer creernos cualquier papel), Jeff Goldblum y Anjelica Huston.
Quizás no sea la película de Anderson que más me haya gustado, pero la he disfrutado. Muchísimo. Anderson rompe el molde de Hollywood y abre las puertas a nuevas posibilidades artísticas. Para mi esta es una película de 4 Cosos de 5, u 8 de 10.
La película nos narra la historia del oceanógrafo internacionalmente famoso Steve Zissou y su equipo, que salen en una expedición para cazar al misterioso, esquivo, y posiblemente no-existente Tiburón Jaguar, que mató al mejor amigo de Zissou durante la filmación de un documental. Al equipo se une un joven copiloto de aviones que puede ser o no hijo de Zissou, una periodista embarazada que va a escribir una nota sobre Zissou, y la compleja esposa de Zissou, Eleanor. Juntos enfrentan complicaciones que van in crescendo que incluyen piratas, secuestros, y quiebres bancarios.

A esta altura de los acontecimientos, Anderson ya es considerado alguien particular dentro del mundo del cine de hoy. El muchacho dirige de una forma completamente diferente a la mayoría de los cineastas contemporáneos, imponiéndole a sus obras un tono muy especial con una dosis de humor inteligente y quizás no para todo el mundo, creando un poderoso enganche emocional entre el público y los personajes de su obra. Su forma de narrar quizás te deje un gusto amargo, su humor es parco y seco, sus filmes lo son. Se toma largas pausas y a veces arroja referencias oscuras. Aquellos a los que les haya gustado alguna de las obras anteriores de Anderson, disfrutarán esta Vida Acuática; aquellos que no, bueno... busquen otro tipo de vida.
Algo digno de destacar es que Anderson (como todo aquel que se precie de gran director) tiene sus actores fetiches, aquellos que se repiten una y otra vez dentro de los elencos de sus filmes. Y sinceramente, esta película no podría existir sin dos de ellos: Owen Wilson y Bill Murray. Sobre todo Murray, que con el tiempo y luego de enterrar su pasado de Ghostbuster adquirió una capacidad de transmitir sentimientos terriblemente profundos con la mejor de las sutilezas, una capacidad de remixar dolor con comedia que pocos actores contemporáneos han conseguido tener, marcando el tempo de la película con la precisión de un reloj suizo. Y esta precisión esta reforzada por la presencia de una cada vez más estupenda Cate Blanchett (otra de aquellas pocas que pueden hacer creernos cualquier papel), Jeff Goldblum y Anjelica Huston.
Quizás no sea la película de Anderson que más me haya gustado, pero la he disfrutado. Muchísimo. Anderson rompe el molde de Hollywood y abre las puertas a nuevas posibilidades artísticas. Para mi esta es una película de 4 Cosos de 5, u 8 de 10.
lo dijo el Sr Coso a las 9:02 a. m.
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