lunes, mayo 09, 2005

Tour Salvaje por la fauna de la Peatonal Córdoba - Parte II

Aquí continúo con este Tour Salvaje con el fin de seguir ilustrando a los navegantes de esta red infinita sobre lo que cualquier peregrino puede encontrar caminando por la cosmopolita Peatonal Córdoba, arteria vital de Rosario, otrora conocida como la Chicago Argentina. Aclaro a los que no la conocen que no ganó ese apodo por estar a la vera de un lago o ser una ciudad de mucho frío y viento, sino porque en el pasado fue la capital de la mafia, el alcohol y las putas, según cuentan las leyendas.

Pero no es sobre mafia ni putas a lo que hoy me voy a dedicar. ¿Sobre alcohol quizás? No lo sé, quizás este personaje haya tenido un pasado dedicado al vino, al licor o al oporto con un huevito batido, pero a mi no me importa en lo absoluto. Es uno de los pocos personajes con los que uno se cruza que te pueden generar de la nada una sonrisa, por lo menos es lo que me pasa a mí.

El personaje en cuestión no es otro que El Abuelito Punk.



Este venerable anciano hace ya un tiempo que viene aporreando su acordeón en la vereda de la Peatonal, antes lo hacía cerca de la calle Sarmiento en el frente de la tienda Falabella (ex-La Favorita) y ahora parece tener su sitio delante de Megatone, una cuadra antes. ¿Por qué me refiero a él como el Abuelito Punk? Bueno, este tierno señor toca el acordeón de una manera endemoniada, haciendo chirriar el instrumento de una forma altisonante, sin compás, con un cierto ritmo y sin ejecutar alguna canción o tonada reconocible. Es un creador innato, podríamos decir. Muchos dirán que este jovato toca asqueroso, desafina terriblemente, y merece lo peor, pero yo no. Hay una diferencia abismal con el Niño del Saxo que habita una cuadra antes que el Abuelito: el Niño tiene esa actitud de "Músico de Rosario incomprendido" insoportable, el Abuelito mientras toca tiene una sonrisa de oreja a oreja con los pocos dientes que tiene mientras toca sus tonadas, con una actitud punkita de "a mi me chupa un huevo todo, yo disfruto de esto" que impacta a todo buen observador.

Los rosarinos que caminan la Peatonal saben que no es el único acordeonista de la calle. También están el Acordeonista Igual a Cafiero, un gentleman que debe haber tenido un pasado de orquesta de tango, y el ya clásico Señor Acordeonista Ciego, uno de los ejemplares de habitantes de la Peatonal que viene tocando desde hace más de veinte años (inclusive supo generar un acompañante, la Nena de la Guitarrita, con la que grabó un cassette que supo vender también en la calle). Pero ninguno de ellos disfruta de su arte sin parangón como el Abuelito Punk, y por eso cada vez que lo veo me saco el sombrero ante él. Seguramente que si yo volviera (o volviese) a tener un programa de radio como tenia años atrás, le pediría al Abuelito que me grabe la cortina de ese programa.

No obstante, no todo es música en la calle. También podemos ver que... bueno, lo dejo para la próxima.
lo dijo el Sr Coso a las 9:00 p. m.
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