Esto no es una película de terror japonesa.

Esto es real.

Verídico.

El siguiente personaje de la Peatonal Córdoba es especial. Aterrador. Sin igual.

Probablemente vos estés paseando sin rumbo fijo, tratando de distraerte de la rutina del laburo mirando vidrieras, comprando alguna estupidez, charlando con amigos, etc. Por ejemplo, quizás te detengas en la vidriera de la Librería Ross delante del último libro de Pigna o de las maravillas descubiertas por Osho... Y allí aparecerá, presionándote con su grueso dedo índice, desaliñada, con una caja blanca de zapatos con una ranura en la tapa, con su pelo largo sobre el rostro como escapada de The ring, y emitiendo un sonido muy parecido al de Donald Sutherland en Los usurpadores de cuerpos...

MMGNNNHIIIIIIIIII!!!!!

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Un escalofrío te recorrerá por la espina dorsal. Te topaste con La Mudita, un personaje ya clásico de las calles rosarinas. Cuentan algunas leyendas urbanas que esta chica solía abarajar bultos mientras emitía su particular sonido. Pero no bultos de regalos, compras o libros... bultos de señores. Dicen que manoteaba gansos, si, si. Aunque yo nunca la vi haciéndolo, la gente que me contó estas historias de sobadas merecen el mayor de mis respetos. Yo lo que si la vi embarazada hace unos años atrás.

Ahora suele esperar agazapada frente a la Bombonería Royal, aguardando a que salgas con tu bolsa de golosinas para atacarte y tratar que le des un chocolate, una barra de cereal, una caja de Ferrero Rocher, o un kilo de café La Virginia. Ojo, no estoy diciendo que uno debe mostrar lo peor del ser humano y negarle la comida a alguien que la necesita, pero esta chica está más rellena que yo, y por su modus operandi ya podría ponerse un quiosco. Bah, que se yo. Uno siempre termina dándole algo para no oír ese chirrido agudo...

MMGNNNHIIIIIIIIII!!!!!

MMGNNNHIIIIIIIIII!!!!!

Por eso, estimado visitante, estate preparado. Seguramente en tu camino por la Peatonal te cruzarás con La Mudita...