Dos menos cuarto de la mañana de la madrugada de un viernes en Rosario es una buena hora como para llevarse sopresas.

Imaginate si vas caminando por la calle y ves que un señor de más de cincuenta pirulos le está haciendo hacer un solo de tonete a una joven de veintipico ahí nomás, contra las rejas de un negocio de venta de ropa de chicos. En el medio del microcentro. O lo aplaudis o lo admirás. Hay que tener huevos -- o cara dura -- para entregarle el pancho viviente a una dama en plena calle.

Pero más aún, imaginate si viene el Comando Radioeléctrico y le llama la atención a este simpático dúo.

Nadie podría imaginar que el tipo, frío como James Bond, se daría vuelta, y mientras se quita la funda del amigo (el preservativo, por si no se entendió) encararía a los polis y les diría: "qué problema había".

Y si esto no te pareció poco, el tipo increpó a los agentes diciendo primero que era secretario de la Cámara de Apelaciones... luego que pertenecía a la Defensoría del Pueblo... y para acabar (CUAC) que tenía estrechas vinculaciones con el periodismo... tiro datos como si fuera el Libro Gordo de Petete (o del Pete, que sería más apropiado). La cosa es que parece que nada de esto era cierto...

Al final la parejita fue trasladada a la Comisaría Tercera, donde quedaron imputados por infracción al Código de Faltas, tras lo cual recuperaron la libertad.

No se sabe si la chica estaba trabajando o quizás tenía dotes musicales.

Esto sucedió realmente, la noticia apareció acá.